Foto tomada de la web https://palabrademujer.wordpress.com
Teresa de la Parra, perteneciente a una familia de la alta sociedad venezolana, nació en París, pero sus vínculos con Venezuela, especialmente con Caracas, fueron inquebrantables. Como parte del proyecto Adopta una autora, aquí presentamos una primera parte de su biografía, vista desde las ciudades en las que vivió o viajó. Todas estas geografías configuraron la personalidad y la literatura de esta escritora: una mujer que bebió de las visiones europeas, pero que nunca soltó los lazos con su venezolanidad.
LA PARÍS DE SU NACIMIENTO
En esta ciudad nació Ana Teresa Parra Sanojo, el 5 de octubre de 1889. Sus padres, Rafael Parra Hernáiz e Isabel Sanojo pertenecían a la alta sociedad de Venezuela, y formaron parte, durante unos años, del grupo de hispanoamericanos que se asentó en la capital francesa. Teresa de la Parra pasó sus dos primeros años de vida en esta urbe.
Un poco de contexto
Justo el año del nacimiento de Teresa de la Parra se realizó la Exposición Universal de París, en la que se inauguró la Torre Eiffel, que para ese momento era la torre más alta del mundo. Además de eso, en la ciudad se gestaban cambios importantes. A finales del siglo XIX, específicamente en 1898, comenzó la construcción de la Línea 1 del Metro de París, que se inauguró dos años después. En un sentido más amplio, esta época fue el escenario del nacimiento de la burguesía francesa y de la lucha de los artistas para abrirse paso entre el mal gusto de las clases altas.
CARACAS, PRIMER CONTACTO
Cuando Teresa de la Parra tenía 2 años de edad, la familia se trasladó a Caracas y se instaló en una hacienda de caña de azúcar localizada en Tazón. Estas vivencias se pueden relacionar directamente con lo que se relata en Las memorias de Mamá Blanca, obra publicada en 1929. En todo caso, durante esta época se mantenían en su casa algunas costumbres francesas, y se siguió cultivando el contacto con la cultura de ese país. La familia se quedó en Venezuela hasta 1897, cuando falleció el padre de Teresa de la Parra.
Un poco de contexto
En 1891, año en el que llegó la familia de Teresa a Venezuela, gobernaba Raimundo Andueza Palacio, quien estuvo en el poder solo durante dos años. Poco antes, en 1888, terminó el último gobierno de Antonio Guzmán Blanco —tuvo tres periodos presidenciales—, quien se empeñó, entre otras cosas, en darle un toque francés a la ciudad de Caracas: se construyeron edificaciones como el Palacio Federal Legislativo, el Panteón Nacional y, entre otras cosas, el Parque El Calvario, cuyo diseño fue encargado a unos paisajistas franceses. A finales del siglo XIX, la capital venezolana seguía dando pasos hacia la modernización. En 1895 se creó la Electricidad de Caracas, que ofrecía un servicio eléctrico un poco deficiente en la ciudad, y dos años después se inauguró la central hidroeléctrica El Encantado. Años más tarde, en 1904, circuló el primer automóvil por las calles de Caracas.
VALENCIA, EDUCACIÓN CATÓLICA
Después de la muerte de Rafael Parra, la madre y los seis hijos se mudaron a Valencia, España, donde vivían unos familiares. Allí, a la edad de 9 años, Teresa de la Parra fue internada en el Colegio de las Damas del Sagrado Corazón. Cuando terminó los estudios, se trasladó a vivir una temporada nuevamente en París.
Un poco de contexto
A principios del siglo XX, en 1902, Alfonso XIII empezó su reinado, justo unos años después de la derrota militar de España frente a Estados Unidos, que se tradujo en la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Poco después, Alfonso XIII intentó tomar Marruecos, pero la empresa no trajo ningún resultado positivo. El descontento por esta decisión, sumado a las políticas económicas que afectaron a las clases menos pudientes, fue el detonante de las revueltas que se produjeron entre 1909 y 1917. En los primeros años de este siglo, más de 60% de la población se dedicaba a la agricultura.
NUEVAMENTE EN CARACAS
Después de pasar una temporada en París —donde vivió ese ambiente cosmopolita que contrastaba con su educación marcada por el catolicismo—, Teresa de la Parra volvió a Caracas. Hay algunas inconsistencias, pues ella misma señaló que regresó cuando tenía 18 años de edad, pero algunos investigadores, como María Fernanda Palacios, marcan la fecha en 1909, cuando ya tenía 20 años. En todo caso, este fue el inicio de su estadía más larga en Caracas, que se prolongó durante 13 años.
Fue en esta ciudad en la que Teresa de la Parra le dio forma a su trabajo literario. En 1920 publicó Diario de una caraqueña por el Lejano Oriente en la revista Actualidades, dirigida por Rómulo Gallegos —que ahora se recoge en un libro de la editorial española Menoscuarto—. También elaboró relatos, algunos bajo el seudónimo de Fru-Fru, y, muy cerca de esta urbe, en el pueblo costero de Macuto, escribió Ifigenia, su primera novela. Además de la escritura y la lectura incesante, la autora frecuentaba fiestas y reuniones, pero no se vinculó de forma estrecha con los círculos de intelectuales de la época.
Pese a que la escritora decidió ir a París en 1923 y solo volvió a Venezuela una sola vez y por muy poco tiempo, Caracas estaba, sin duda, en el centro de sus afectos. De acuerdo con Ana Teresa Torres, Teresa de la Parra se sentía absolutamente venezolana mientras vivía en otros países: “La caraqueñidad no se siente amarrada del espacio porque Caracas es una ciudad fugaz en la que cada generación ha sido testigo de varias transformaciones. No existe una Caracas definitiva, no hay, por lo tanto, una nostalgia precisa; escribirla es más bien una necesidad de asegurarse de su presencia, y de que a pesar de los cambios de su rostro, mantiene su identidad a través del tiempo”.
Un poco de contexto
Durante la estancia de Teresa de la Parra en Caracas, el dictador Juan Vicente Gómez gobernaba el país —lo hizo desde 1910 hasta su muerte, en 1935—. En los años veinte se desarrolló el boom petrolero, y se produjo el éxodo del campo a la ciudad. Caracas vivía una imparable modernización. Pero, al mismo tiempo, fue una época de persecución contra los opositores: mientras en los primeros años, Gómez se ganó la simpatía de la gente, a partir de 1914 comenzó un gobierno férreo que no aceptaba la más ligera crítica. ¿El resultado? Una gran cantidad de exiliados, presos políticos y torturados.
Nota
Los datos biográficos de Teresa de la Parra se obtuvieron, principalmente, de la tesis doctoral Dimensiones de la modernidad venezolana: espacios narrativos en la novelística de Teresa de la Parra y Miguel Otero Silva de Grisel Guerra.
En la próxima entrega
El regreso de Teresa de la Parra a París, sus viajes por el mundo y la última ciudad de su vida, Madrid. Se puede consultar aquí.