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Como buena lectora, antes de viajar, siempre me preocupo por elegir buenos libros que me acompañen en el recorrido. Así como la selección de libros de verano. En mi presupuesto de viaje incluyo además un monto estimado —que suelo exceder— para comprar un libro relevante de acuerdo con mi destino. Me toma quizás más tiempo elegir mis libros que empacar mi ropa, porque el peso juega en contra. Ahí es donde las Kindles llevan ventaja como compañeras de viaje.

Esta iniciativa forma parte del proyecto Nuevo Pudahuel y motiva a los viajeros a dejar los libros usados que ya disfrutaron y cambiarlos por nuevos. En las instrucciones señalan que es importante llenar un pequeño formulario en formato de calcomanía -sticker- donde se puede indicar en qué lugares ha estado el libro y a quién pertenecía.
Como fui tan selectiva con mi libro y aún estaba sin terminar, no me animé a participar en el intercambio, pero vi varios títulos que me llamaron la atención: Matar a un ruiseñor de Harper Lee, The Make de Jessie Keane y Make Me, uno de los thrillers de Lee Child. Dejo la advertencia para los próximos viajeros que pasen por este aeropuerto: en el internacional el estante está entre las puertas 12 y 14, junto a un parque para niños, y en el nacional cerca de la puerta 24.
