Este libro nos lleva a muchísimos lugares, algunos muy lejanos, como el fondo del mar en Voces de Sirena, incluso al espacio y a universos me atrevería a decir, paralelos, como en Polvos del Orinoco. Es un libro para leer con un buen té al lado, en un espacio íntimo que permita disfrutar cada relato al máximo.
Me encontré con este libro el año pasado, cuando todavía era una idea: un libro de fantasía, ciencia ficción y terror escrito por mujeres. Un grupo de escritoras, parte de un taller del colectivo La Ventana del sur había hecho un llamado para participar con cuentos de esos tres géneros. La idea me pareció estupenda, así que obviamente difundí y seguí el proceso muy entusiasmada.
Este libro es importante, tanto para las autoras de la antología como para otras escritoras publicadas y no publicadas en estos géneros “basureados” por la crítica. No basta con que librerías y bibliotecas tomen todos los libros de estos géneros y los metan por default en la sección juvenil, lo peor es que, si son escritos por mujeres, inmediatamente se catalogan como “de poca sustancia”. Al público le da miedo leer géneros. Incluso hay autores “literarios” que han escrito en estos géneros y se desligan, evaden la temida clasificación diciendo “no me gustan las etiquetas” (querido: su libro es claramente de terror, pare de dar volteretas); también autores que la crítica se niega a considerar “de género” (entre muchos, María Luisa Bombal, que muy claramente escribía un híbrido de terror tipo southern gothic chileno y no me vengan con cosas).
En estos tres géneros en particular se encuentra mucha profundidad y complejidad; no solo en la “autoficción” (tremendamente popular ahora en tiempos de Instagram y egocentrismo) o en géneros “literarios” (odiadísimo término) se encuentran pensamientos existenciales y se disecciona a la sociedad y al “ser”. Todos los cuentos tienen más de una lectura: literal y abstracta (muchas veces, las lecturas se escapan de las intenciones de los autores, pero ese es otro tema). A veces el subconsciente se encarga de todo, pero esto es lo que significó Imaginarias para mí.
En cuentos como La Hora de los Monstruos y Nunca Más se distorsiona tanto la realidad que da miedo lo real que es: el humano es el monstruo más horroroso de todos. Cuentos que a primera lectura podrían parecer “infantiles”, pero son metáforas. Cuando entiendes de qué se tratan, son un palo en la cabeza.
En TED, A-5 y A Prueba se explora la pregunta que siempre ronda a la creación de inteligencias artificiales: does this unit have a soul? Pero decir que son solo eso es simplificar demasiado. Los tres cuentos exploran partes oscuras y feas de la naturaleza humana, la obsesión, la discriminación, el miedo a la muerte (propia y de nuestros seres queridos), valiéndose de este tema de los robots con posibles sentimientos/almas. La Crononauta explora temas parecidos, pero valiéndose derechamente de una protagonista humana, que piensa tanto sobre su propia naturaleza que me atrevería a decir que el cuento es tremendamente meta: la forma del cuento es tan importante como la trama, el cuento se pliega sobre sí mismo (no quiero decir spoilers, pero lean con atención).
En Hogar de Niños y Amén se explora el desamparo de los niños, mediante el uso del terror. ¿Cómo se puede defender un ser indefenso? Son cuentos con distintos puntos de vista, diferentes realidades, con un gran “monstruo” que no es el que parece. Se meten debajo de la piel, con ambientes densos y oscuros muy bien logrados.
Soy Zurda es un cuento que quizás puede tener varias lecturas, pero la mía es que es una reflexión sobre los impulsos humanos y la percepción del resto: no diré nada más porque sería spoiler. (Aparte de la primera lectura que es muy terrorífica, también).
Historia de un Ascenso (mi gran favorito personal: conecté mucho con el humor terrorífico de la historia) y City Tour reflexionan, mediante el uso de la ciencia ficción, sobre la relación del ser humano y sus recursos naturales (o animales), metiéndose también en temas sociales. ¿Qué tanto derecho tenemos sobre lo que nos rodea? ¿Somos, acaso, un montón de calcetines con rombos creando nuestras propias papas en los talones? ¿estamos hasta el cuello de nuestra propia caca? (literal y metafórica).
Me quedo corta de espacio, pero todos los cuentos de la antología tienen algo especial. Creo que cada persona que lo lea va a conectarse con un cuento en particular, porque hay para todos los gustos, tanto en temas como en estilos narrativos. Hay cuentos con estilos más clásicos, como El Viaje de Oralia y más contemporáneos como A Prueba. Si les gusta la narrativa japonesa, Plegarias del pasado me recuerda muchísimo a autores de esos lares, esa melancolía espesa, casi palpable, un terror bien sofisticado.
Recomiendo el libro tanto a amantes de la literatura de género como a gente que todavía no se atreve.
Datos interesantes:
- Los relatos están por orden alfabético del apellido materno de las autoras (aunque el libro no cuenta con índice, por alguna razón).
- Los relatos ganadores de la convocatoria fueron: El Viaje de Oralia, Zemlya Sanniskova, Hogar de Niños y Plegarias del Pasado, primer, segundo, tercer lugar y mención honrosa, respectivamente. Los demás corresponden a participantes del taller de La Ventana del Sur.
- La Ventana del Sur planea hacer más antologías de Imaginarias en el futuro, según comentaron en el lanzamiento.
Ficha
Imaginarias. Antología de mujeres en mundos peligrosos |
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Editorial: Tríada Ediciones (gestionado por el colectivo La Ventana del Sur) |
Año: 2019 |
Año de primera publicación: 2007 |
Páginas: 116 |
Mi valoración: 5/5 |
Valoración en Goodreads: 4,7 |