Foto tomada de la web https://palabrademujer.wordpress.com
Esta es la segunda entrega de la biografía de la escritora venezolana Teresa de la Parra, vista desde las ciudades en las que vivió o a las que viajó. La primera parte puede consultarse en este enlace. Ambos textos forman parte de nuestra participación en el proyecto Adopta una autora
PARÍS, REGRESO AL ORIGEN
Después de su larga estadía en Caracas, Teresa de la Parra regresó en 1923 a la París de su nacimiento, con la intención de visitar a su hermana Isabel, a quien no veía desde hacía mucho tiempo. Una vez allí, estaba decidida a publicar su novela Ifigenia, y por eso pidió ayuda económica a Juan Vicente Gómez, el dictador venezolano, quien nunca envió una respuesta. De todos modos, no hizo falta, pues ganó un concurso de la Casa Editora Franco-Ibero-Americana, y recibió 10.000 francos. Con eso, en 1924, pudo publicar la obra en francés.
Algunos biógrafos señalan que la escritora se nutrió mucho de los círculos intelectuales parisinos, pero otros apuntan lo contrario. María Fernanda Palacios, citada por Ana Teresa Torres, dice que su contacto se limitaba a las cortes diplomáticas latinoamericanas y a venezolanos que residían en la urbe francesa. También trabó amistad con el escritor ecuatoriano Gonzalo Zaldumbide, con quien se señala que tuvo una relación amorosa, que no llegó a matrimonio porque Zaldumbide tuvo que casarse por conveniencia.
Muchos aseguran que en toda su experiencia parisina no dejó de sentir nostalgia por su terruño venezolano.
Un poco de contexto
La París de los años veinte era un hervidero de artistas. Justo después de la Primera Guerra Mundial, en la ciudad se respiraba un nuevo aire, lleno de cultura y libertad. Cuando Teresa de la Parra llegó, ya el estadounidense Ernest Hemingway se encontraba en esta urbe, y pintores como Picasso, Modigliani, Matisse y Miró se empezaban a abrir paso con sus nuevas técnicas. París, generosa, recibía también a familias latinoamericanas que pasaban largas temporadas de paseo por sus calles. En 1924, justo el año de la publicación de Ifigenia, París fue sede, por segunda vez, de los Juegos Olímpicos.
ÉPOCA DE VIAJES
Tal como señala Ana Teresa Torres, Teresa de la Parra no fue una viajera incansable. Su estancia en Europa estuvo concentrada en algunas ciudades. De todos modos, después de llegar a París, salió varias veces de sus fronteras. Por ejemplo, viajó a Suiza y se instaló en Vevey, para escribir Las memorias de Mamá Blanca, que retrata la añoranza por la niñez en una hacienda venezolana. Su escritura comenzó en 1927 y, después de tres meses de reclusión en una cabaña, la terminó. Se publicó en París en 1929.
Dos años antes de ese momento, en 1927, la escritora se dirigió a Cuba para participar en un congreso sobre Simón Bolívar, y después de unos meses, regresó a Europa. Estuvo en Madrid, Múnich y de nuevo en París. En 1930 emprendió un nuevo viaje a América Latina. Después de pasar una temporada en La Habana, visitó varias ciudades de Colombia, donde dictó unas conferencias sobre “la influencia de las mujeres en la formación del alma americana”, como señala la tesis doctoral de Grisel Guerra.
Después de ese periplo, llegó a La Guaira con la intención de empezar a escribir un libro de ficción sobre Simón Bolívar.

La crisis de 1929 se hizo sentir en los países latinoamericanos. Como consecuencia de las trabas que se produjeron a las exportaciones de Latinoamérica y de las reducciones de los precios de la materia prima, entre otras cosas, hubo un desequilibrio en las economías de la región. Por eso, se impulsó el desarrollo de la industria local en muchos países, con una intervención estatal. Cuando Teresa de la Parra llegó a La Guaira, Venezuela no solo debió afrontar esta crisis económica, sino también conflictos políticos. En 1929 se llevó a cabo la Expedición del Falke, el último esfuerzo armado para acabar con la dictadura de Juan Vicente Gómez, que fracasó. El dictador se mantuvo en el poder hasta el día de su muerte, el 17 de diciembre de 1935.
MADRID, ÚLTIMA PARADA
El proyecto de libro sobre Simón Bolívar nunca llegó a concretarse, porque la escritora fue diagnosticada con tuberculosis cuando regresó a Europa. Fue internada en un sanatorio suizo, donde estuvo cuatro años intentando recuperarse. Luego viajó a Madrid, Barcelona, París y Fuenfría, una ciudad muy cerca de Madrid, donde pasó un tiempo en un sanatorio. Finalmente, se mudó a Madrid, donde compartió un apartamento con su amiga Lydia Cabrera. Allí murió el 23 de abril de 1936, en compañía de su mamá, y muy lejos de su añorada Caracas.

En la década de los treinta, España estaba en el periodo conocido como Segunda República, un régimen democrático que se instauró en 1931 y culminó en 1939. En 1936, año de la muerte de Teresa de la Parra, se realizaron elecciones, en las que resultó vencedor el Frente Popular. Ya por entonces Francisco Franco participaba en complots contra el gobierno, que se materializaron en julio de 1936, cuando se desarrolló el golpe de Estado. Si bien este alzamiento fue fallido, sembró la semilla para la Guerra Civil, que terminó en 1939 y dio paso al régimen franquista.
Nota
Así como en la primera entrega de esta nota, los datos biográficos de Teresa de la Parra se obtuvieron, principalmente, de la tesis doctoral Dimensiones de la modernidad venezolana: espacios narrativos en la novelística de Teresa de la Parra y Miguel Otero Silva de Grisel Guerra.
Sobre Adopta una autora
El proyecto Adopta una autora pretende darle visibilidad a las mujeres escritoras de cualquier parte del mundo. La iniciativa funciona así: quien esté interesado puede escoger a una autora y, cada dos meses, debe producir un contenido relacionado con ella. Puede usarse una página web, blog o canal propio, o también servirse del blog de la iniciativa para publicar los textos. Yo escogí Teresa de la Parra porque es una escritora a la que le tengo mucho cariño, y porque me pareció una buena oportunidad para dar a conocer el talento venezolano en otras partes del mundo. La próxima nota sobre ella será una reseña de Ifigenia, su primera novela.